Cómo prevenir y combatir los golpes de calor en conejos

12 ago 2021
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Los conejos no poseen glándulas sudoríparas ni almohadillas para su termorregulación.

El complejo y delicado sistema digestivo de estos animales requiere absorber altas cantidades de agua para su funcionamiento.

Los animales son más sensibles al calor que los humanos. Un cambio brusco en la temperatura o un ambiente demasiado cálido pueden tener graves consecuencias en su salud. Los golpes de calor o hipertermia se producen ante la subida de la temperatura corporal, lo que imposibilita el correcto funcionamiento de los procesos fisiológicos.

Los conejos no poseen glándulas sudoríparas, lo que, unido a su incapacidad de jadear, limita su capacidad de termorregulación a su nariz y orejas. Sus mecanismos de disipación del calor no son capaces de tolerar altas temperaturas, que pueden originar una disfunción orgánica multisistémica.

Entonces, ¿cómo se termorregulan? Las orejas realizan una labor clave. Estos lagomorfos poseen un gran sistema arteriovenoso en estos órganos, lo que les permite, mediante vasodilatación o vasoconstricción, realizar un intercambio de temperatura según las necesidades. A su vez, la nariz aloja numerosas glándulas nasales, las cuales tienen la labor de humedecer el aire inspirado.

La temperatura ambiental óptima para los conejos se sitúa entre los 15 y los 20ºC. Contar con un lugar confortable es fundamental para su salud. Si tu conejo tiene áreas limitadas en tu hogar, especialmente cerca de ventanas, o se encuentra en exterior, es importante que no tenga incidencia directa del sol y cuente con espacios de sombra en los que poder guarecerse en aras de mitigar las probabilidades de sufrir un golpe de calor. Las horas de sol y sombra varían, por lo que hay que tener en cuenta estos cambios y habilitarle zonas óptimas. La ventilación también es muy importante y debe estar protegido del viento y de la lluvia. Un espacio cálido y sin sombras puede desencadenar en un estado de estrés.

Es recomendable conocer la temperatura corporal habitual de tu conejo, teniendo en cuenta que pueden existir ligeras variaciones, especialmente entre épocas, diferentes ambientes y situaciones de estrés. Si nunca lo has hecho, acude a tu veterinario de exóticos de confianza, quien te podrá explicar de qué forma realizarlo. Anota los resultados obtenidos a lo largo del día durante varias jornadas y obtén la media. La temperatura corporal normal se encuentra entre los 38 y los 39,6ºC. Una subida o bajada de 0,5ºC en esta puede indicar un problema de salud que requiera de asistencia veterinaria.

Factores de riesgo

Existen determinados factores de riesgo que aumentan la predisposición a sufrir un golpe de calor:

  • Edad: Los animales ancianos son más sensibles a las altas temperaturas, siendo los golpes de calor más peligrosos.
  • Peso: La obesidad supone un serio problema para la salud.
  • Pelo: El pelaje ayuda a la termorregulación en estos animales. No obstante, puede suponer un problema en animales con pelo largo y abundante.
  • Orejas: Las razas de orejas pequeñas son más propensas a los golpes de calor por presentar un ineficiente sistema para la termorregulación. Por otro lado, las razas de orejas caídas también presentan riesgo, ya que no son capaces de separar las orejas del cuerpo ni moverlas según sus necesidades.
  • Gestación: Las hembras gestantes son más susceptibles a los golpes de calor por su estado.
  • Discapacidades.

Sin embargo, a pesar de esto, conviene tener siempre en cuenta una serie de consideraciones. Respecto al entorno, debes tener presente las horas del día con mayores temperaturas, evitando durante estas la exposición al sol y la práctica de ejercicio, aumentando la ventilación y reduciendo la humedad ambiental.

Cómo identificar un golpe de calor

Los golpes de calor deben tratarse de forma temprana; de lo contrario, puede tener terribles consecuencias, como fallos multiorgánicos. Algunos síntomas que te pondrán sobre aviso pueden ser la reducida respuesta a estímulos externos o un nivel bajo de consciencia, el estado de letargo, taquicardias, arritmias, dificultad respiratoria, temblores y debilidad muscular y/o convulsiones, ojos rojos…

Otro signo que nos puede poner en alerta es el color de sus encías tras presionarlas levemente. Mientras que el tono rosáceo es el habitual en un estado saludable, el rojo indica principios de un shock y el gris o blanco un estado avanzado del mismo.

Pese a que una de las formas más habituales de conocer estados de deshidratación en animales es levantar la piel de su lomo y comprobar si esta vuelve a su estado de forma inmediata, algunos expertos creen que esto no se manifiesta en estos animales, siendo más complicado su diagnóstico. El sistema gastrointestinal puede estar distribuyendo líquidos al cuerpo, de forma que la piel presenta la elasticidad habitual, aún encontrándose deshidratado.

¿Qué puedo hacer en el día a día?

Los conejos beben entre 50 y 100 ml./kg. cada 24 horas, una cantidad de agua que puede variar según la composición de su dieta.

  • Vigila el cuenco o bebedero y comprueba que este se vacía con la regularidad habitual. En caso contrario, realiza un chequeo corporal en busca de algún síntoma susceptible de ser atendido por un veterinario de exóticos.
  • Congela botellas de agua y enróllalas en una toalla o paño. Puedes situarla en los espacios más habituales de descanso de tu conejo, de forma que le sea posible colocarse cerca de esta cuando más lo necesite. Para refrescar el agua a su disposición, puedes incluir cubitos de hielo a su recipiente. Asegúrate de renovar su bebedero varias veces al día en orden de mantenerla lo más fresca posible.
  • Añade algunas gotas de jugo de fruta, siempre sin azúcares añadidos, a su recipiente de agua. De esta forma, le estaremos estimulando a ingerir mayores cantidades, especialmente en casos de inapetencia o reticencia.
  • Ofrécele alimentos frescos con un alto contenido en agua. También puedes lavar y mojar estos antes de ponerlos a su disposición, lo que incrementará el consumo de líquidos.
  • Humedece sus orejas con agua fría.
  • Utiliza aire acondicionado o ventiladores, pero nunca permitas que su acción incida directamente sobre él. Puedes poner toallas húmedas delante del ventilador pare refrescar más el ambiente.
  • Pon a su disposición alfombrillas refrescantes. Estas deben ser siempre aptas para uso en conejos, no presentando elementos tóxicos en caso de ingestión, y siendo retiradas en caso de deterioro. Es necesario que dispongan de suficiente espacio para no verse obligados a permanecer sobre ellas, puesto que podrían ocasionar hipotermia. Si se usan en transportines o viajes, debe monitorizarse regularmente el estado del animal y retirarlas en caso necesario. También puedes optar por baldosas de cerámica.

¿Qué debo hacer en casos de urgencia?

Si detectas alguno de los síntomas descritos con anterioridad, es urgente que lleves a tu conejo a tu veterinario de exóticos de confianza. Para el camino, puedes preparar algunas botellas de agua congelada (enrolladas en toallas) y mojarlo con paños húmedos.

No trates de bajar la temperatura de forma brusca, ya que podría derivar en una hipotermia.

Consecuencias

Un conejo que ha sufrido un golpe de calor tiene mayores probabilidades de sufrir otros episodios en el futuro, ya que el sistema termorregulador puede resultar dañado. Tras uno de estos episodios, deberá ser monitorizado y observado por un veterinario especializado durante, al menos, 24 horas. Muy probablemente requerirá de cuidados intensivos (fluidos, alimentación asistida, oxígeno...) para su recuperación.

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